viernes, 27 de enero de 2012

Una manera diferente


He titulado mi valoración del curso de este modo porque lo más destacable, en mi opinión, es lo diferente del mismo.
En conjunto, las clases han contado con una gran participación por parte de los alumnos (y no sólo del profesor), hecho no muy común, según mi experiencia en la universidad. Esto ha enriquecido la asignatura, permitiendo establecer un amplio abanico de puntos de vista sobre cada tema debatido.
Por otro lado, muchos de los debates (los lunes) se han centrado en temas de actualidad (mediante un seguimiento de los mismos se puede observar su evolución), lo que hace más interesante aún conocer la visión que pueda tener el resto de compañeros. Y aquí quiero hacer una aclaración que considero básica: hablo de “el resto de compañeros”, y no de “el resto de alumnos”, porque la dinámica de aprendizaje que se ha seguido durante el curso ha permitido estrechar lazos entre todas las personas que asistíamos a las clases, incluido el profesor.
El trabajo en grupo me permitido profundizar en el conocimiento del tema trabajado (en nuestro caso la crisis), como cualquier otro trabajo. Pero, siguiendo la tónica de la asignatura, lo ha hecho de manera diferente a cualquier otro trabajo, por la metodología que se ha seguido en la realización del mismo y, sobre todo, por continuidad en el quedar los miembros del grupo (todos los martes) prácticamente desde el principio del curso, lo que ha facilitado mucho las cosas en todos los sentidos.
También sobre el trabajo, quiero decir que una exposición ante la clase siempre aporta confianza y aprendizaje personal, tanto a mí, como, imagino, al resto de compañeros.
Respecto al blog, decir que me ha permitido experimentar cosas nuevas, puesto que es mi primera experiencia de este tipo con Internet.
Como única crítica, espero sea tomada como constructiva, tengo que decir que el tiempo y el contenido de la asignatura no han sido compatibles. En mi opinión, un solo cuatrimestre no es suficiente para todos los objetivos que estaban fijados en la asignatura. Creo que esto quedó reflejado en la falta de tiempo durante las exposiciones de los trabajos en grupo.
Por lo demás, me llevo una muy buena impresión de la asignatura que, repito, destaca en la diferencia, una diferencia innovadora y, por tanto, arriesgada, con el mérito que ello conlleva vistos los buenos resultados.

lunes, 16 de enero de 2012

SWEEZY: TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA. CAP. V


La acumulación y el ejército de reserva.

El capítulo comienza describiendo una teórica situación económica estable y sin acumulación de capital, llamada “reproducción simple”. La producción se divide en dos amplias categorías: producción de medios de producción y producción de artículos de consumo, y éstos últimos en otras dos categorías (artículos necesarios para la vida y artículos de lujo). Esto es la oferta total de mercancías. Por otro lado, los ingresos están formados por tres categorías: ingresos que el empresario deberá invertir en medios de producción, la plusvalía que invertirá en consumo y el salario de los trabajadores. Esto se considera la demanda de mercancías. Para que este sistema sea estable, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, por lo que el capital usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas y los dedicados a los medios de producción. Ambas ramas deben interaccionar entre ellas para equilibrar la balanza, cuando el capital variable y las plusvalías de la primera rama sean iguales al capital constante de la segunda, estableciéndose un equilibrio entre la suma de la oferta y la demanda.

Pero la realidad es bien distinta, y el empresario que gasta todos sus ingresos se convierte en la realidad en un empresario que acumula capital. El capital que acumula lo reinvierte para obtener más plusvalía, volver a invertirlo y así sucesivamente. A este modelo se le denomina “reproducción ampliada”. El éxito en la sociedad capitalista consiste en aumentar el capital propio. En contraste con la reproducción simple, está la interrelación entre la oferta y la demanda cuando la acumulación se tiene en cuenta, es decir, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta queda divida en tres partes: una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y otra que se suma al capital variable. En consecuencia, la acumulación lleva a un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. El aumento de demanda implica un aumento en el precio de la mercancía, lo que produce una desviación del precio respecto del valor. Si en el primer caso la fuerza de trabajo se vende en su valor, ahora ya no hay igualdad entre fuerza de trabajo y salarios.

Marx introduce el concepto de “ejército de reserva” o “población excedente relativa” para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante a la baja en el nivel de salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas para reducir el salario. Por tanto, gran parte de este sector está formado por los que han sido desplazados por las máquinas.

Un estallido de acumulación de capital puede ser el resultado de una apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. En estos casos es cuando el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios. Pero en cada periodo de crisis se produce eliminación del trabajo y se vuelve a reconstruir el ejército de reserva.

Según las teorías clásicas, los salarios se regulan según factores externos al sistema (población). A estas teorías, Marx añade el empleo industrial y el ejército de reserva. Lo que, en definitiva, viene a explicarnos Sweezy en este capítulo, es que según Marx, el ejército de reserva es formado mediante las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo y, gracias a éste, puede continuar acumulándose la plusvalía y los capitalistas seguir enriqueciéndose.

Además, a este respecto, Sweezy destaca la idea errónea de suponer que la acumulación, o bien la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo, marche a un paso igual como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.
 

sábado, 14 de enero de 2012

SWEEZY: TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA. CAP VIII


La Naturaleza de las Crisis Capitalistas

El modelo de transacción capitalista D-M-D, introduce según Marx la posibilidad de que se produzcan crisis extraordinariamente complicadas. Si falla un comprador o un vendedor, se produce una crisis en cadena que puede afectar a toda la economía, ya que da lugar a que coexistan mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. En este sentido, cada productor ha producido más de lo que puede vender, provocando una crisis de sobreproducción. Hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.

La ley de Say sostiene que no puede interrumpirse la circulación D-M-D, y que no puede haber crisis ni sobreproducción. Este es el error de los economistas clásicos: no distinguir entre el sistema de producción simple y el capitalista. Tienen la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son imposibles, que es la idea que Marx rechaza. Según él, en la cadena de compra-venta no se está obligado a comprar solo por haber vendido, produciéndose así la interrupción de la cadena y el posible origen de una crisis. Venta y compra son dos procesos diferentes y diferenciados en el espacio y el tiempo, teniendo sólo en común el dinero como elemento de transacción. Esto supone que uno puede fallar sin que el otro lo haga.

En la forma de circulación M-D-M propia del sistema de producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio: es producción para el consumo. Pero en la forma D-M-D, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir. Es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia. Por lo que, ante la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que tener en cuenta que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original); mientras que en lo que referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D), ya que las irrupciones de compra-venta afectan al proceso en los dos casos.
La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis. En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista.
Lo que ocurre es que ese aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.

Existen dos tipos de crisis: las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia y las crisis de realización (realización de valor). Los dos tipos plantean problemas diversos. En un caso, tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor. En el otro, está relacionado con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria.
El punto de partida en ambos casos es un descenso en la tasa de la ganancia; pero lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia, precisa un análisis muy diferente del que requiere lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en el otro.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Noticias


He decido comentar dos noticias a la vez, puesto que, a mi juicio, hay una relación clara entre ellas. Ambas han sido publicadas en “el mundo” el mismo día, el 14 de diciembre.

La primera de ellas aparece en la sección de “economía” y se titula “La patronal insiste en los mini-empleos y en eliminar empleos públicos”.
La patronal ha defendido la medida de creación de “mini-jobs” propuesta a España por el BCE, consistente en  contratos con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (actualmente en 641,4 euros mensuales).
Juan Rosell, presidente de la CEOE, ha asegurado que “los mini-empleos se han aplicado con éxito en países como Alemania” y que “los parados lo quieren”.
Respecto a los funcionarios ha indicado que “hay muchos trabajadores del sector que no realizan ninguna labor” y ha propuesto como solución su recolocación, su formación o, como última solución, su despido.

La segunda noticia aparece en la sección de “sociedad” y se titula “Doce millones de españoles subsisten bajo mínimos y en 2012 será tremendo”.
Los datos que ofreció el presidente de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social  en España son alarmantes. Unos diez millones de personas (22,5% de la población) se encuentra en situación de “pobreza relativa” (ingresos de menos de 500 euros al mes) y dos millones en situación de “pobreza severa” (menos de 300 euros al mes).
También comenta que en 2012 la situación será “tremenda” y que las organizaciones sociales tienen “serios problemas” por la falta de recursos debido a los continuos recortes y la falta de ingresos.

Habrá que ver cómo evoluciona la situación, puesto que cada vez más personas subsisten bajo mínimos y no hay perspectivas de mejora para las mismas…

jueves, 22 de diciembre de 2011

LECTURA Nº 6: “CIENCIA Y MÉTODO” DE ROBERTO CARBALLO.


El autor comienza planteándose el significado y los objetivos de la ciencia. Describe la ciencia como una actividad humana y social, como un esfuerzo humano consciente. Sin embargo, la ciencia tiene un carácter histórico, sus leyes y teorías son provisionales y limitadas en el tiempo y el espacio.
Aún así, hoy en día la ciencia es usada como un instrumento de dominación social, aislada de la generalidad social y al servicio de una minoría.
Respecto a ciencia y progreso, la ciencia pretende describir y explicar la Naturaleza para servir de base al progreso del hombre. Uno de los grandes problemas es el establecimiento de criterios de demarcación de lo científico, que tiene una raíz psicológica y unas consecuencias sociales (dogmatismo).
Sin embargo, una definición abierta de la ciencia incidirá en las notas de consciencia, sistematización y autolimitación como base para alcanzar una explicación de la Naturaleza. La ciencia entendida como vida y como muerte.
Siguiendo a Sacristán, una de las distintas formas de concebir el mundo sería la científica, la más sistemática. Los resultados provisionales de la ciencia constituyen una concepción del mundo, ya que se nutre de los sistemas de ideas vigentes para constituirse, puesto que en la ciencia lo esencial es el método. Los resultados no son más que un esquema provisional, una verdad relativa. La ciencia asienta su desarrollo sobre la base de un método en constante transformación.
Hay que saber que la ideología impregna todas las etapas de la investigación. Los sistemas de ideas juegan un papel complementario en el proceso de conocimiento. Esta influencia se acentúa en las ciencias sociales y en la economía en particular.
Por su parte, la investigación científica consta de cuatro etapas (descripción, clasificación, explicación y verificación) en que se usan alternativamente tres modos de inferencia (deductivo, inductivo y reductivo). Las cualidades que ha de poseer el investigador son: espíritu de observación y capacidad de abstracción, fantasía creadora e intuición, habilidad formalizadora (matemática) y manual (en ciencias naturales), al tiempo que ser conscientes de su propia ignorancia y ansiar la búsqueda de la verdad.

LECTURA Nº 5: “EL MECANISMO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA” DE GINO LONGO.


El desarrollo de la investigación científica consta de varias etapas, que el autor analiza en profundidad. La primera de ellas es la observación de los hechos, teniendo en cuenta que cualquier observación es ya en sí misma un análisis. Hay que saber sacar un sentido al hecho, descubrir su verdadera esencia; puesto que, por sí mismos, los hechos no explican nada.
Esta primera tarea consiste por tanto en observar los hechos, seleccionar los más significativos, descubrir las relaciones que los unen entre sí y evidenciar los aspectos más significativos.
En la segunda fase de la investigación se ha de formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos de forma lógica y coherente. La cualidad esencial del investigador en esta etapa consiste en tener una ardiente fantasía creadora, que es la capacidad del pensamiento para crear mentalmente imágenes subjetivas distintas de aquellas observadas en la realidad. Así, se adquiere la capacidad de conocer y modificar la realidad. La fantasía se complementa con la intuición.
La tercera etapa consiste en volver a observar la realidad de los hechos para comprobar las hipótesis formuladas, ampliando si es necesario el campo de observación a nuevos fenómenos. La cualidad esencial que se requiere en esta etapa es un fuerte espíritu crítico y autocrítico.
La cuarta y última etapa consiste en modificar o sustituir las hipótesis formuladas en función de la nueva observación realizada.
Este proceso puede continuar hasta el infinito. La ciencia nunca puede reducirse a la pura teoría abstracta, ni a la pura investigación empírica. “Es un gran error razonar mientras se observa, pero es absolutamente necesario hacerlo antes, y muy útil hacerlo después (Darwin)”.
Del proceso de investigación, de conocimiento, se derivan varias conclusiones: toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto; toda ciencia utiliza un determinado método de investigación; toda ciencia da una determinada visión científica de la realidad.

LECTURA Nº 3: “¿QUÉ ES UNA CONCEPCIÓN DEL MUNDO?” DE MANUEL SACRISTÁN.


El autor explica las características más peculiares de la definición de ciencia y sus aplicaciones, creando una concepción del mundo en que vivimos. La segunda parte del texto trata la concepción marxista del mundo.
Hay tantas concepciones del mundo como personas, que suelen determinarse y agruparse según culturas, costumbres, creencias, etc.
En la filosofía clásica podemos encontrar muchas fuentes acerca de la concepción del mundo. Estas teorías han marcado nuestra historia influyendo en el pensamiento a lo largo de los tiempos. Las ciencias positivas fueron arrebatando terreno a la filosofía mediante el método experimental. Un nuevo paradigma se estableció en la evolución de occidente y, después, de la humanidad en general. En el siglo XIX todavía la filosofía resistía a la ciencia en cuestiones “supuestamente superiores a la misma” (Platón o Hegel, por ejemplo), entrando en el campo existencial o religioso.
La ciencia plantea el “conocimiento intersubjetivo”que posibilita que personas distintas y preparadas entiendan una formulación de la misma manera. Las religiones y la filosofía sistemática carecen de estos rasgos, por lo que poco a poco van siendo relegadas.
La ciencia se asienta así como el orgullo del ser humano. Por sus propios medios el hombre experimenta y concreta “leyes” que son objetivas en el mundo que le rodea. No se dejan huecos a la improvisación, todo se tiene que, primero explicar y después demostrar para ser válido (si no se quedará en una teoría). Es la principal influencia en la concepción actual del mundo occidental.
La concepción marxista del mundo se da a partir de dos conceptos: el materialismo y la dialéctica. La premisa de que la realidad ha de explicarse por sí misma, en lenguaje filosófico clásico, puede llamarse inmanetismo: el principio de que la explicación de los fenómenos debe buscarse en los fenómenos, en el mundo, y no en instancias ajenas o superiores al mundo. Este concepto es la base antes mencionada de la ciencia. No se pueden admitir causas no-naturales para explicar un fenómeno. Este concepto, inmanetismo, es la base de la concepción marxista del mundo: el mundo debe explicarse por sí mismo.
La concepción marxista del mundo está movida por la aspiración a terminar con la obnubilación de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados. La liberación de la consciencia presupone la liberación de la práctica.
Esta formulación de Engels supone la concepción de la filosofía no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y sus resultados.
Las ciencias positivas se basan en ir descomponiendo procesos realmente complicados para explicar paso por paso cada fragmento, más simple, para finalmente, entender el conjunto complejo. Pero esto en algunos casos provoca que se prescinda de la peculiaridad cualitativa de los fenómenos complejos analizados y reducidos. El campo de relevancia del pensamiento dialéctico es precisamente el de las totalidades concretas: “La verdad es el todo”. Y es que la ciencia positiva a veces no puede tratar de entender las concreciones reales, el todo. La fórmula dialéctica consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materialistas del análisis reductivo. Y este es el análisis dialéctico, busca la comprensión de las concreciones o totalidades, no el análisis reductivo de las ciencias positivas.